En los últimos años hemos asistido a un incremento espectacular en la capacidad de almacenamiento de los dispositivos de memoria. Aún así, cuando uno menos se lo espera, necesitamos mover de un sitio a otro algún archivo de enorme tamaño que no tiene cabida ni en el lápiz de memoria más voluminoso que tengamos a mano.

Siempre es buena idea aprender, o simplemente recordar, cómo se gestionan los archivos comprimidos -o empaquetados- mediante la ejecución de utilidades en el terminal de comandos, lo cual evita tener que recurrir a aplicaciones gráficas.

En más de una ocasión, quién más quién menos, todos hemos metido la pata hasta el fondo por haber borrado ficheros que no queríamos borrar, con las consecuencias que ello provoca cuando los ficheros contienen información valiosa (sudores fríos, palidez, etc.).