Emulando a los clásicos (III)
Hace más de 40 años empezaron a colocarse en bares y salas recreativas unas máquinas para jugar a video-juegos que, a pesar de su tosquedad, fueron popularizándose entre los jóvenes. Con el tiempo, el nivel de calidad fue mejorando constantemente, dejándose notar en la resolución gráfica, los colores, el sonido y la diversificación de los estilos de juegos. Más tarde, las plataformas de video-juegos domésticos fueron desplazando a las salas, ahorrando, de paso, unos cuantos duros a sus usuarios. Y, desde hace unos años, tenemos en GNU/Linux un emulador que ha querido recoger -no sin dificultades- el legado que nos dejaron aquellas máquinas.